Pasajeros atemorizados por los ruteros
sábado, 20 de mayo de 2017 4:41:46 p.m.
Pasajeros atemorizados por los “ruteros”

De inmediato el colector de un Encava blanco gritó: “Directo por la Macagua hasta La Económica, a 300 bolos el pasaje, no quiero papelito”.
El muchacho que vestía una franelilla, jeans y zapatos deportivos caminó los alrededores del lugar en busca de los pasajeros.
Los usuarios uno a uno empezaron a subir hasta que los asientos de la unidad estuvieron llenos, pues según el colector nadie viaja parado.
Todo parecía que estaba en total normalidad, así que los pasajeros se pusieron cómodos. El chofer dio volumen a una música suave, cerró las ventanas y encendió el aire acondicionado.
Quienes abordaron la Encava esperaban que la unidad iniciara la ruta, pero no fue así.
El conductor se quedó estacionado en el lugar por más de diez minutos.
“Pero chofer, ¿qué pasa? ¿Por qué no le das de una vez? Ya esto está full”, se quejaban.
“Pero ya va llave, ya nos vamos. Ten paciencia mi pana”, respondió el chofer.
Temor
Los minutos de angustia para los pasajeros iniciaron cuando dos sujetos tocaron la puerta del bus.
El conductor abrió y desde abajo uno de los individuos le dijo: Viejo dame una tregua.
Con una mirada, el conductor le indicó que podía abordar la unidad, así que rápidamente subieron.
Los muchachos usaban unas gorras que apenas les dejaba ver el rostro; también llevaban unos koalas amarrados en la cintura.
El más joven, de al menos 18 años, caminó por el pasillo y cuidadosamente miraba a cada uno de los pasajeros. Llegó hasta el último asiento.
Quien lo acompañaba se quedó parado en la entrada del bus y mientras observaba su entorno le pidió al conductor que le bajara volumen a la música.
“¡Aquí fue! Nos robaron!”, murmuró uno de los usuarios, incluso una muchacha intentó bajarse, pero uno de los individuos la detuvo.
“Quédense tranquilos que no los vamos a robar, pero eso sí, nos colaboran. Tengo dos días que salí de la cárcel de Vista Hermosa. Allí pagué condena por cinco años. Me acusaron de homicidio y en realidad no soy culpable, pero bueno… Ya saben cómo son las leyes en nuestro país (…) Les voy a hablar es claro y sin mucho rodeo: necesito plata y se las estoy pidiendo por las buenas, no quiero volver a la prisión por robarme un teléfono celular. Yo no voy a salir a buscar trabajo, porque en mi situación nadie me va a querer en su empresa. Soy un expresidiario. Bueno llave no tengo más nada que decirle, el que no quiera ayudarme ya sabe cuáles son las consecuencias. Mi compañero, el que esta al final del autobús, tiene un bolso negro; es ahí donde cada uno dará su aporte”, dijo uno de los hombres.
Intimidación
Los más de 30 pasajeros quedaron atemorizados al escuchar las palabras de aquel sujeto y aunque muchos pensaron que eran “puras charlas”, sacaron dinero para darles.
Nadie entregó menos de 50 bolívares, pues el “rutero” dejó en claro que no quería sencillo, pues para él los billetes de Bs. 10 y 20 ya no tenían valor.
Una de las mujeres que estaba a la mitad del Encava se puso a llorar, porque según solo tenía para pagar el pasaje hasta su casa.
“Tenía miedo, pensé que uno de ellos me iba a golpear”, exclamó la dama de 50 años.
Para intimidar a sus víctimas el sujeto se quedaba parado frente a ellos hasta que entregaran el dinero.
El “rutero” que se paró en la entrada simulaba que estaba armado pues metió su mano en la cintura.
Luego de terminar el recorrido por la unidad, los hombres saludaron al chofer y al colector y se bajaron como si nada. En ese instante el autobús arrancó.
Chantaje
Frente a la plaza hay alrededor de ocho sujetos que abordan los transporte y utilizan este tipo de chantaje para obtener dinero fácil.
Se les conoce como “ruteros o charleros” por abordar diferentes rutas de autobuses, exigiendo dinero a los pasajeros, valiéndose de la intimidación.
La manera en cómo los “ruteros” actúan molesta a las víctimas, además los conductores supuestamente no les dicen nada.
En una consulta varios de los autobuseros coincidieron en que acceden a las peticiones de los “ruteros” para trabajar de manera más “segura”.
Alegaron que de no cumplir con sus solicitudes serían blanco constante de asaltos.
Aunque los funcionarios de la Policía del Estado Bolívar realizan recorrido en la zona, los ruteros saben en qué momento abordar las unidades.
Según la versión de los afectados, en reiteradas ocasiones han colocado la denuncia ante las autoridades que están en el sitio, pero no han sido escuchadas.
Dicen que cada vez son más los sujetos que se suman a este acción que perturba la tranquilidad de los usuarios y sucede prácticamente a diario.
Policías refieren que podría considerarse como una falta.
Pese a que las personas no están obligadas a entregar dinero, lo hacen por temor a ser amedrentados, aún sin saber si las historias que relatan los “ruteros” son ciertas o, por el contrario, un cuento para hacer dinero.
Rutas seguras
Las personas afectadas por este tipo de acciones, aseguran que deciden tomar estas rutas alternas para llegar más temprano a sus hogares o sitio de trabajo. Dicen que aunque hay otras más “seguras”, el tiempo de espera es prolongado.
Además, la mayoría de los choferes prefieren irse por la vía más rápida.