Inocente violada y estrangulada por amigo de su padre.
Violan y estrangulan a niña en la vía a Caruachi.
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El homicida tiene 18 años de edad y es amigo del padre de la víctima con quien compartió tragos la noche previa al crimen.
Cristo Gallo mira consternado el cuerpo de su hija muerta de 9 años, envuelto en su sábana, en el fundo La Guabina, donde ocurrió el hecho. Foto José Leal.
Correo del Caroní 13 de Diciembre de 2011. Flotando en las aguas del río Caroní encontraron el cadáver de una niña de 9 años de edad. Su padre se despertó ayer para alistar a sus hijos para la escuela, cuando no encontró a la niña en su cama; después de una búsqueda la localizaron en el afluente semidesnuda y con marcas en el cuello. A las pocas horas encontraron a su homicida, quien resultó ser un amigo de su progenitor. El desborde de la delincuencia ha alcanzado a los niños de Ciudad Guayana, algunos de los crímenes perpetrados en el municipio tienen como protagonistas a menores de edad. La repetición de estos crímenes ya no preocupa a una sociedad que ve con indiferencia la pérdida de una vida.
Germán Dam V.
Foto José Leal
El cuerpo de la pequeña fue hallado por un tío, a 20 metros de la orilla.
“Mató a lo que más quería… a mi única hembrita”, manifestó Cristo Gil Gallo mientras veía con rabia al joven que abusó y estranguló a su hija, de apenas 9 años de edad, esposado dentro de una patrulla de la Policía estadal (PEB). El padre, en medio de su impotencia e indignación, continuó con sollozos: “Ese hijo e’ puta comía de mi plato y vean cómo me paga… matando a mi angelito”.
Inesperadamente la unidad policial comenzó a sacudirse. Uno de los primos de la menor -un hombre moreno de aproximadamente 1,85 de estatura y de contextura gruesa- trató de ingresar por la ventana del copiloto para hacerse con Roger Humberto Romero Mota, de 18 años, y tomar justicia con sus propias manos. La escena se repitió en un par de ocasiones y la patrulla tuvo que abandonar la escena del crimen.
Cristo, acompañado por dos maestras de la Unidad Educativa Nacional Simón Bolívar, donde Leidys Carolina estudiaba 2º grado, caminó hacia la orilla del río Caroní y se apoyó en un árbol para ver cómo los efectivos de la Policía científica (Cicpc) envolvían en una sábana el cuerpo de la niña y lo subían en una patrulla que sirve como unidad forense improvisada. El hombre abrazó su otro hijo y continuó llorando.
Horas antes.
Ya repuesto, el padre de la víctima relató a las autoridades que estuvo todo el domingo trabajando en el fundo La Guabina, ubicado en el sector Las Misiones del Caroní de la vía a Caruachi, San Félix. Roger, conocido como “Come mango”, y su hermano lo ayudaron en el desmalezamiento de los plantíos de plátano. También tomaron cervezas y varias botellas de ron. “A las 7:00 de la noche nos fuimos a dormir”, agregó.
Gracias a la confianza que ambos hombres se tenían, Roger se quedó a dormir en casa de Cristo, pese a que vivía a menos de 100 metros de la finca. Le colocaron un chinchorro en la sala de la vivienda, mientras que Leidys, su hermanito y su papá se fueron a la habitación principal de la humilde vivienda. “Yo me paré de madrugada para que los niños se alistaran para el colegio y no vi a Leidys”, contó.
Inmediatamente el hombre comenzó a buscar a su hija -la mayor de los 3 que tenía- y no la encontró por ningún lado. Comenzó a llamarla a gritos y tampoco tuvo respuesta. Jhon Alexander, el segundo de sus pequeños, ayudó en la búsqueda… “Come mango” también participó. Un tío de la niña fue el que dio la mala noticia: la habían encontrado muerta… dentro del río, a unos 20 metros de la orilla.
Trató de huir
Al saber lo ocurrido, Roger desapareció de La Guabina sin que alguien se percatara. Todos estaban consternados por la muerte de Leidys. En un principio se creyó que fue un accidente, pero al sacar su cuerpo del agua, los presentes se percataron de lo ocurrido: estaba semidesnuda y con hematomas en el cuello. La policía preguntó por las últimas personas que la vieron con vida.
En ese momento, Cristo notó la ausencia de “Come mango”. También se percató que su hijo, de 8 años, estaba llorando. El niño no aguantó más y contó que en la madrugada vio cuando Roger despertó a su hermana y salieron de la casa. Jhon Alexander iba a despertar a su papá, pero fue amenazado de muerte si lo hacía. “Dijo que me iba a colgar si lo hacía… tuve miedo y me acosté”, comentó el niño a los policías.
Una comisión salió a hacer un recorrido por el sector Las Misiones del Caroní y no tardaron mucho en encontrar al acusado. No hizo falta interrogatorio, pues confesó apenas fue esposado. Uno de los efectivos que lo aprehendió relató que “narró con lujos y detalles lo que hizo con la niña. Lo que no sabe es por qué lo hizo… dijo que estaba borracho y luego comenzó a llorar cuando manejábamos hacia el río”.
A confesión de partes…
Mientras estaba en los calabozos provisorios del Centro de Coordinación Policial (CCP) de Francisca Duarte, Roger Humberto Romero volvió a narrar lo que hizo con la pequeña Leidys Carolina. Esta vez habló en voz baja para que los 2 hombres con los que compartía la celda no lo escucharan.
“A la 1:00 de la madrugada la desperté y le dije que se fuera adelante… que caminara hacia el río. Comenzó a llorar cuando la acosté en la mesa y le empecé a quitar la ropa. La tomé por el cuello y la violé… pero sólo fue una vez. Luego la llevé al río y la estrangulé. El cuerpo lo puse sobre una piedra sumergida y me fui a dormir”, narró con frialdad.
Esta declaración quedó plasmada en las actas policiales que entregaron los funcionarios de la PEB a la Fiscalía 13º del Ministerio Público, representación fiscal que llevará el caso contra Roger Romero y que en las próximas 48 horas deberá presentarlo ante un tribunal de control. Mientras tanto el detenido permanecerá en el CCP de Cachamay.
FUENTE: CORREO DEL CARONÍ
CASO RELACIONADO SEGUNDA PARTE.
CASO RELACIONADO TERCERA PARTE.