Karina Peraza Rodríguez

Publicación: 24/12/2011 01:00:00 a.m.

 Foto: Elías Rodríguez

 A las 6 en punto de la mañana, José Rafael Fernández Canelón salía de su casa ubicada en el sector El Palenque, del caserío Agua Amarilla, parroquia Hilario Luna Luna, del municipio Morán. Recorría 15 metros hasta llegar a la vivienda de uno de sus dos hijos cercanos, le pedía café a su nuera y se devolvía a su hogar. Esta rutina fue interrumpida el jueves, pues eran las 7 de la mañana y el señor, de 86 años, no apareció. Según Diario el impulso.

Elimpulso.com.-Yolanda de las Mercedes Soto le pareció extraño que su suegro no había ido a su casa y salió para ver qué pasaba; al llegar a la vivienda lo llamó en repetidas oportunidades y no contestaba. La puerta estaba entre abierta y decidió entrar. La vivienda, que consta de una sala, un baño y dos cuartos, estaba un poco desordenada.

El señor Fernández desde hace 10 años cuando murió su esposa dejó de dormir en la habitación principal y lo hacía en una pequeña. Soto se asomó a la misma y vio al caficultor en interiores, tirado en el piso, a un lado de la cama. Su cuerpo estaba de medio lado; la dama observó que tenía una especie de trapo amarrado al cuello y esto la hizo salir corriendo, despavorida.

Soto corrió hasta una de las viviendas de los hijos que por años no visitaba al caficultor y le avisó de lo sucedido. No fue hasta donde su esposo porque un día antes se había ido para el sector Palo Grande a matar un marrano, a fin de hacer las hallacas, con miras a pasar estos días en familia, junto al octogenario.

La mujer cuando pudo salir del estado de shock en el que se encontraba le avisó a su amado lo sucedido y éste acudió inmediatamente.

Lo robaron

El caficultor era padre de siete hombres, pero sólo dos velaban por él. Uno de ellos es Rafael Fernández, quien es el esposo de Soto, la muchacha que lo encontró sin vida.

Fernández comenta que su padre hace cuatro días había vendido por 15 mil bolívares una parcelita que tenía. Además constantemente con la venta de las siembras siempre estaba reuniendo dinero y calculan que tenía aproximadamente 20 mil bolívares fuertes en la casa. Este dinero el octogenario acostumbraba guardarlo en una cajita cerca del televisor o debajo de su colchón.

Torturado

Se estima que el grupo de delincuentes irrumpieron durante la madrugada del jueves a la vivienda de Fernández Canelón, lo sorprendieron mientras dormía y lo sometieron para buscar el dinero. La comida se la regaron toda, agarraron un pote de aceite comestible y se lo rociaron en todo el cuerpo. Además agarraron algunos pañitos y amarraron sus manos hacia atrás, así mismo le amordazaron la boca y el cuello.

El cuerpo presentó una perforación en la región parietal izquierda y otra en el ojo, se presume que por estar amordazado se sofocó y murió estrangulado.

Fernández no tiene idea de quién pudo haber hecho esa monstruosidad. Comenta que la casa más cercana es la de ellos, a 15 metros. El caficultor tampoco era una persona de las que andaba diciendo cuánto dinero tenía, por el contrario era una persona muy discreta. Se piensa que pudo ser alguien conocido de la zona. 

Funcionarios de la Brigada Contra Homicidio del Cicpc comenzaron a trabajar el homicidio y deberán entrevistar a todos los moradores de la zona, pues no descartan que entre ellos se encuentren los asesinos.