¿Fraude?

No hay manera que Chávez crea en su propia gente, ni tampoco en sus propios criterios. Jesse Chacón, antes de ser estetoscopio del gobierno en materia de opinión pública, atajó el despropósito de Socorro Hernández de optar por el pre-estándar chino como norma para Venezuela en TDT. La dupla Japón-Brasil (estándar ISDB-T) se había convertido en el nuevo eje de la conversión a digital de la televisión abierta en América Latina, y Venezuela tomó ese rumbo.

Pero los argentinos de De Vido fueron mucho más avivados. Convirtieron el proyecto nipo-brasilero, que tiene carácter tecnológico universal, en un negocio particular argentino. Y peor, trasladaron a Venezuela el problema que tienen allá con la televisión por suscripción (el cable y el satélite son las principales vías de acceso), y se lo vendieron a Chávez como un problema de estado. Es decir, la televisión digital terrestre, de libre recepción, que multiplica el número de canales por cuatro, que amplía las posibilidades de interconexión y de acceso público a servicios muchísimo más allá de la recepción de señales para el ocio y el entretenimiento, la cultura y el espectáculo, serviría para arrinconar (y hasta expulsar) a las empresas tradicionales de teledifusión.

En Argentina el gobierno de Cristina K se enfrenta al Grupo Clarín, que en TV por suscripción es más importante que la TV abierta. En Venezuela, el gobierno ha hecho lo imposible para arrinconar a las cadenas de televisión abierta, y ha comprado la conseja de los argentinos que dice: la televisión digital será sólo para el Estado, aunque se deje en manos privadas los canales que poseían antes del apagón digital.

En este convenio, la dación de pago tiene un valor de $50 millones, que comprende la adquisición, a través del gobierno argentino, de 13 transmisores y 4 estaciones receptoras, además de un primer pedido de 300 mil decodificadores de señales, de los más de 30 millones que se requieren en este país con 99% de penetración de la TV.

El cuento de la autarquía tecnológica no existe (y si hubiera existido, también hubiera sido perniciosa, además de condenada al fracaso), el cuento de la generación autógena de productos y servicios tecnológicos tampoco existe (el ensamblaje de PC, de teléfonos móviles, no transfiere tecnología, no añade valor, con empleos precarios), el cuento de la fábrica de satélites es otro más de los delirios, es otro cuento más.

¿Estafados?

Chávez encanta y hiere, encuentra fieles y luego los lanza por el barranco.

Freddy Brito, entonces presidente del Centro Nacional de Desarrollo e Investigación en Telecomunicaciones (Cendit), estaba eufórico cuando presentó en agosto de 2010 el prototipo de decodificador venezolano que había sido creado, con talento 100% nacional, con miras a ser industrializado por Invetel para que la población venezolana lo adquiriera con el objetivo de capturar la señal digital y hacerla compatible con el televisor tradicional.

Julio Cejas, gerente de Plataforma Tecnológica e Ingeniería de Sistemas del Cendit, presentó en junio de 2010 el cronograma de despliegue de la televisión digital en el país, así como los estudios de comparación entre la plataforma tecnológica japonesa (BML + ActionScript) y la brasileña (NCL+Lua:Ginga) adelantados por la comisión técnica de la TDT venezolana. Dos años después, también se ha quedado pasmado.

“Cuando finalice el período de coexistencia de ambas tecnologías, la analógica y la digital, estimado entre diez y doce años, el decodificador seguirá siendo útil para las personas que todavía posean sus televisores analógicos o convencionales”, detalló Brito, quien reiteró que este prototipo, diseñado bajo normas de calidad nacionales e internacionales, será producido en el futuro por la Industria Venezolana de Telecomunicaciones (Invetel). Ese prototipo ha sido desechado.

TDT ¿para qué?

El negocio es otro, aún por encima de la política aireada para despistar a los perplejos. El gobierno venezolano envió a Bariloche en noviembre del año pasado al actual presidente de Cantv, Manuel Fernández, para que se encontrara con el coordinador del consejo asesor de TV Digital argentino Osvaldo Nemirovsci. Le acompañaba Alfredo Rojas, director general de Asuntos Internacionales del ministerio Ciencia. Fernández preguntó sobre la política de accesibilidad a la TV Digital, y Nemirovsci señaló al programa de acceso como “vital” porque “no hay triunfo de la televisión digital si la gente no la ve”.

Según el modelo argentino, el acceso a la TDT lo tiene en su poder el Estado, que lo administra, lo dispensa, no es un bien universal del que se apropiaría y desarrollaría el país, como sucede en todo el mundo. Ello lleva a Chávez a proclamar que la multiplicación de los canales será para usufructo del gobierno, de su política comunicacional.

El gobierno argentino enarbola la bandera de una televisión digital gratuita, en contraposición a una circunstancia en la que la televisión por suscripción es mayoritaria en la preferencia del público de ese país. Chávez refiere a una televisión digital gratuita, quizá en contraposición a una situación en la cual la televisión abierta está dejando de ser el medio más importante en este país (TV Paga, TV Conectada, TV On Demand, TV For Me).

Las empresas privadas de teledifusión venezolanas han dicho poco o casi nada sobre el fenómeno (ningún vocero hasta la fecha se ha manifestado en relación al acuerdo vene-gaucho), quizá pensando en que la TV Digital, como la lleva Chávez, nunca se verá.

Víctor Suárez
vsuarez@cantv.net