Lo buscan por asesinar a 2 hombres y arrollar 24 personas que celebraban el triunfo oficialista
Publicado 12 de octubre de 2012
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El asesino de Ma’ Vieja le disparó a su madre
Desde que compró una pistola, el chofer de la camioneta sembró el terror en Ma' Vieja. Los vecinos lo recuerdan como un muchacho normal hasta hace dos años, cuando halló el arma. Un día, borracho, disparó contra su madre. Ella salió ilesa
En Ma' Vieja ya no reconocen a Abigaíl Villasmil, pero sí lo conocen desde que nació. Llegó hace 29 años al barrio, cuando apenas era un recién nacido, y los primeros pobladores de esa zona vieron cómo dos hombres asesinaron a tiros a su padre. Luego lo vieron crecer igual que el resto: con bermudas, cotizas y un gusto particular por las apuestas.
Laverdad.com.- La Policía científica lo busca desde el domingo por asesinar a dos hombres en Plaza El Sol y por arrollar a 24 personas que celebraban en la calle 9A el triunfo oficialista de las presidenciales. Quien lo acompañaba era Víctor Chourio, su hermano materno, y un primo aún no identificado por las autoridades.
Hace dos años "Segundito" seguía formando parte del grupo. Pese a que muchos de quienes murieron no lo conocían, la mayoría de los heridos identificó su camioneta plateada después que arremetió contra todo el grupo. Uno de los residentes asegura que cambió su personalidad después de comprarse una pistola.
Villasmil buscaba la inmortalidad en el barrio: iracundo, violento, intimidador, presumido y fanfarrón. No temía mostrar su arma a cualquiera y amenazar con el cañón a sus compañeros de tragos cuando ya el alcohol se le subía a la cabeza. Su mayor logro aún lo recuerdan con asombro en la zona: le disparó en los pies a su madre, una menuda y delgada anciana de unos 40 kilos. "No, ella no agarró ni un tiro".
El muchacho se crío en el sector La Punta, un caserío que está al otro lado de la avenida 2 de San Francisco, cerca de la orilla del Lago. Un hermano de Yubelín, la adolescente que murió esa noche, lo vio por última vez en Plaza El Sol ese domingo a las 10.00 de la noche. Él, su hermano y su primo bebían tragos secos de whisky para aplacar el despecho electoral.
"Apostaba todo. Supuestamente tiene negocios de zapatos, pero de la noche a la mañana llegó con un carro. Unos dicen que apostó y ganó la camioneta, otros dicen que anda en malos pasos", dijo un hombre ayer.
En el barrio envidian su suerte. Los residentes aún no entienden cómo un hombre puede provocar una tragedia de tal magnitud y estar libre. "Después que dejó la camioneta abandonada en Conoce tu Puente, corrió frente a los ojos de la Policía. Al día siguiente llegó a que un amigo a pedir dinero prestado para escapar, pero no se lo dieron. Igual sigue libre".
Exsuegra